Algunas personas se han sorprendido de que en un prado de menos
de tres hectáreas, situado sobre la vía del tren, en el llamado Prado de la
Guapa y con acceso por la "pista de arriba" (la que desde la solana de la molinera lleva hasta la N-VI) se haya
construido en unos meses una plaza de capeas.
Este tema ha salido en los dos últimos Plenos del
Ayuntamiento y se ha pedido a la alcaldía que actúe de forma rápida, pues se
trata de una construcción ilegal.
En este caso, quien ha hecho esa construcción es un ganadero
de Cercedilla, el propietario de la ganadería “Jiménez – Sáenz de Miera”. El
mismo que tiene vacas en El Chaparral, que ha protagonizado algunos incidentes
con vecinos/as y paseantes por ese encinar y que ha surtido de animales a
alguna becerrada en Los Molinos.
Como se trata de un Suelo No Urbanizable de
Especial Protección, afectado también por el Plan de Ordenación de los Recursos
Naturales de la Sierra de Guadarrama, con una zona de monte protegido y dentro
de la Red Natura 2000, etc., el Ayuntamiento remitió a la Comunidad de Madrid,
en julio de 2013, la solicitud de permiso (“calificación urbanística”) para una
nave ganadera, lo que es perfectamente lícito, aunque hemos visto en nuestro
pueblo, más de una vez y más de dos, como esas “naves ganaderas” terminan
siendo chalets con todas las instalaciones, hípicas, cabañas para jugar a las
cartas, etc.
Esta solicitud dio muchas vueltas y finalmente, en febrero
de 2016, se otorgó la calificación urbanística por la Comunidad de Madrid para
una “nave, corral y manga para realizar labores de saneamiento y manipulación
del ganado”, con algunas limitaciones y salvedades. En octubre de ese mismo año
se solicitó licencia de obra al Ayuntamiento, en base a un proyecto
constructivo, en el que no aparecía la plaza para capeas, ni sus materiales y
costes en el presupuesto de la obra, en base al cual se paga el Impuesto de
Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO)
En febrero de 2017 se concedió la licencia de obra por el Ayuntamiento.
Una de las limitaciones que había establecido la Comunidad
de Madrid era que las construcciones debían estar, al menos, a 50 metros, de la
plataforma de la vía del tren (lo que se denomina “Línea Límite de Edificación”)
En el proyecto constructivo aparecía también que los “corrales”
y el embarcadero, de los que no aparecían planos ni memorias constructivas,
tendrían una altura máxima de 1,50 metros y 2,15 metros respectivamente. Es
decir, se aparentaba que no eran construcciones propiamente dichas, sino meras
instalaciones removibles.
En enero de 2017 se emitió un informe del Técnico Municipal
en el que se hablaba de dos naves, un “corral de sueltas” (de forma circular,
diámetro de 19,20 metros y altura de 1,50 metros) y otros “corrales y
embarcadero” de 2,15 metros de altura, indicando además que las naves no
podrían construirse dentro de la línea límite de la vía (50 metros), además de
que el ganadero debía solicitar licencia de actividad y otras condiciones. En
febrero de ese año, se aprueba la licencia de obras, con los condicionantes
establecidos.
En mayo de 2017, el ganadero registra en el Ayuntamiento un
Proyecto de Ejecución, del arquitecto Roberto Mario Pepe Álvarez, de tres naves
para uso exclusivamente ganadero, pero sin hacer ninguna referencia a los
corrales y el espacio de sueltas, ni en la memoria constructiva, ni en el
presupuesto, ni en los planos legales, aunque en un dibujo, que no plano, de la
portada, aparece un corral de suelta circular y corrales y embarcadero, y
también un amplio patio de piedra… Este es el poco detallado y no referenciado dibujo
al que nos referimos:
Pero, como decimos, en ninguno de los siete planos aportados
aparece referencia alguna a los corrales, sus cotas, superficies, secciones, cimentación,
alzados, estructura y detalles, ni tampoco a la plaza de capeas. En el plano de
situación y emplazamiento, aparece un espacio circular y otros que asemejan
corrales, situados dentro de la línea límite, pero a cierta distancia, mientras
que las tres naves si se acotan como situadas fuera de los 50 metros desde la
vía del tren. Este es el plano al que nos referimos, siempre referido, como
todo el proyecto, a la construcción de naves ganaderas:
En agosto del pasado año (2017) la Junta de Gobierno del
Ayuntamiento, con informes técnicos favorables, otorga la licencia de obra y da
por cumplidos los condicionantes que le impusieron anteriormente, aunque, no
sabemos por qué, no aparece la licencia de actividad, que se le había exigido, entre los condicionantes supuestamente cumplidos.
Finalmente, en esa parcela se ha construido una plaza de
capeas de hormigón, forrada en piedra en casi toda su circunferencia y
preparada para instalar gradas en su lado norte (doble recinto) y dentro de la
línea límite de los 50 metros, con un diámetro superior a los 30 metros (cuando
el corral autorizado tenía que tener un máximo de 19,20 metros, y una altura
que rondará los 3 metros (cuando la máxima autorizada para el corral era de 1,50
metros) Lo que se nombraba como corrales y embarcadero, se han convertido en
unos amplios toriles, también de obra y con una altura que aparece como superior
a la autorizada (2,15 metros) No se han construido las naves ganaderas, ni el
patio de piedra, ni el camino de acceso de zahorra, ni aparecen, a día de hoy,
trazas de que se vayan a hacer.
Estos datos se pueden ver a simple vista y también en la
siguientes fotos, se observa, sin ningún lugar a dudas, que las
construcciones están a menos de cinco metros de la valla de la vía del tren e incumplen las medidas de los supuestos corrales:
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La plaza de capeas, construida dentro la la zona límite prevista por ADIF |
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Distancia inferior a los cinco metros a la valla de la vía |
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Diámetro de la plaza superior a los 30 metros, cuando el "corral" circular solo podía ser de 19,20 metros |
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La zona de la plaza, con dos perímetros paralelos, donde podrían ir instaladas las gradas |
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Altura de la plaza y de los toriles, superior a lo autorizado para los supuestos corrales |
Otro aspecto que tenemos que preguntarnos es por qué un
ganadero ha hecho esa importante inversión y obra, cuando se trata de un
pequeño prado, que apenas podría albergar tres animales (de acuerdo a la
normativa) y cuando solo tiene una pequeña ganadería para becerradas y novilladas.
Muchos aspecto indican que puede tratarse, en realidad, de establecer un negocio de fiestas con capea,
para el que no se ha pedido licencia ni de obras ni de actividad y que por su impacto en el medio y en las
urbanizaciones más cercanas (Los Arroyuelos, El Balcón de la Peñota, Montepinar…)
entendemos que nunca se podría autorizar.
Estamos hablando de una actividad que
se concentra en los meses de verano, que supone el tránsito y la llegada de
cientos de personas y todos los aditamentos sonoros de música, ruidos y molestias que
suelen acompañar a ese tipo de fiestas.
Esta conjetura se basa también en que, de acuerdo al Reglamento de Espectáculos Taurinos, las plazas de suelta de reses para fomento y recreo de la afición y las destinadas a escuelas taurinas tienen que tener un diámetro de ruedo no inferior a los 30 metros, justo lo que tiene la plaza construida, y también en que
el mismo ganadero tiene una hípica en Cercedilla (Los Ciruelos) que alquila
para fiestas, cumpleaños, bodas, etc., como cualquiera puede comprobar en su web.
Hemos llevado este tema a varias instancias, entre ellas a
la Asamblea de Madrid y a Ecologistas en Acción y, en la medida que
consideramos que se han cometido varias irregularidades graves, estamos exigiendo al Ayuntamiento
que cumpla su obligación de paralizar inmediatamente la obra y de actuar de manera ágil para
restaurar la legalidad y evitar que se consolide esa irregularidad.
Esperamos que para el Pleno del mes de abril, el PP tenga
una respuesta a este nuevo asunto oscuro.
1 comentario:
Un futbolista de Guadarrama, un ganadero de Cercedilla... ¿Qué será lo próximo? ¿Un cura de Collado Mediano?
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