En la web el guadarramista (http://elguadarramista.com/), ha salido publicado un artículo, de nuestro amigo Rod, sobre el Huerto Comunitario de Los Molinos, que reproducimos por su interés.

A año tuerto, el huerto

Publicado el agosto 2, 2015

Un repaso al devenir de la historia de la molinera Huerta del General hasta llegar a su usos social actual

el Mirador Por Roderick George (Vocal de Entorno Los Molinos)
Al empezar la legislatura municipal, ojalá con el talante ecológico que pide el Papa, cabe recordar como nuestra asociación en pro del entorno molinero –Entorno Los Molinos– ha luchado por ese entorno. Un caso sería la Huerta del General, donde no han faltado entuertos que enderezar.
Se trata de una huerta de maduros perales bordeada por sauces, saucos y fresnos y regada por el Guadarrama y sus caceras en la franja del municipio que permanece verde incluso en verano cuando nuestro valle se vuelve pardo-amarillo. Ahí abundan cantarines ruiseñores y currucas y brotan sabrosas hierbas como el poleo borriquero o el ajo silvestre.

 

Fue legada al pueblo en 1994 por el escritor Julio Escobar, vecino de este “pueblecito situado en amenísimo valle al pie mismo de las cresterías de la cordillera guadarrameña”. Dejó establecido que la Huerta se dedicaría “al disfrute de los vecinos”, como parque.

“La Huerta del General fue legada a Los Molinos en 1994 por el escritor Julio Escobar”

Pues el Ayuntamiento tardó poco en adjudicar una parcela de este edén a Repsol Butano. Cuando en 2001 la Comunidad, instada por Repsol, la recalificó, pedimos al heredero principal, al que la Huerta debía pasar si la voluntad de Julio Escobar se incumpliera, que terciara para salvarla. Pedimos al alcalde que recapacitara. Pedimos hasta a Repsol que tuviera sensibilidad con nuestro entorno. Pero, entre perales, pedíamos peras al olmo.
En una fría mañana de 2002 llegaron con una excavadora. Les plantamos cara a pie de Huerta con la Guardia Civil y gracias a nuestra denuncia la obra se paró. Pero luego estimó un juez que en un parque sí cabe un depósito de gas, aunque hizo constar el afán del testador en el permiso. Y “lo del gas” sigue ahí, tan hermoso con sus tuberías rojas y amarillas, casetas, chimenea y alambrada.

 

Más suerte tuvimos con un nuevo Plan General urbanístico. Se preveía construir casas y tiendas y naves en distintos parajes entre los que no podía faltar la Huerta del General, con 60 viviendas. Aprobaron Normas Transitorias en 2005 y otra vez en 2007 para facilitarlo. Pero con buenos abogados y sabios jueces se logró su derogación.

“Se preveía construir casas y tiendas y naves en distintos parajes entre los que no podía faltar la Huerta del General”

La Huerta se fue convirtiendo en vertedero de escombros hasta que en 2011 llegó un concejal de urbanismo con una insólita política de “recalificación cero”. Y como ya no se iba a urbanizar y muchos queríamos cultivar hortalizas (como ya hacía don Julio), en 2012 se cambió una “a” por una “o” y se creó un Huerto, además “Social y Ecológico”.
Según su Ordenanza aprobada por asamblea, debía reactivar “el uso de labores hortícolas tradicionales” y “promover la satisfacción de degustar sus propios productos”. Además sería parque público con sus preceptivos bancos, “como una manifestación más de ocio y disfrute”.

 

Y disfrutar hemos disfrutado. Se limpió, se labró, se parceló y se abonó con basura, esta vez de oveja, y tanta aceptación tuvo que hubo que adjudicar más parcelas en otro prado, también codiciado para otros fines. Y aunque el agua puede bajar indolente o acapararse más arriba y la tasa (1€/m2) puede ser mucho, el Huerto nos ocupa, alimenta y relaciona. Y aprendemos, sobre todo de los marroquíes, que suelen saber de horticultura.

“Y aprendemos, sobre todo de los marroquíes, que suelen saber de horticultura”

Para que la Tierra siga siendo habitable, todos debemos hacer lo posible para conservar el patrimonio natural, dice la ONU. Pues eso se puede hacer cultivando patatas.