lunes, 15 de septiembre de 2014

Hace 75 años fueron fusilados por la dictadura los alcaldes de Los Molinos Santiago Andrés Andrés y Mariano López Piñuelas

El 15 de septiembre de 1939 fue fusilado Santiago Andrés Andrés en las tapias del Cementerio del Este, junto con el que fue también alcalde de Los Molinos (en 1925 y 1937) Mariano López Piñuelas y otros diez republicanos, algunos de ellos exalcaldes de otros pueblos de la Sierra.
Santiago Andrés Andrés, militante del Partido Socialista, fue el alcalde de Los Molinos desde el 13 de marzo a agosto de 1936. De los pocos meses que fue alcalde, se conocen sus actuaciones para ordenar la caótica situación de las finanzas y la legalidad municipal en la que se encontraba el Ayuntamiento de Los Molinos, tras el gobierno municipal de la CEDA, así como su preocupación porque se respetaran las ordenanzas de edificación.
Documento firmando por el alcalde Santiago Andrés Andrés

Cuando se inició la Guerra y el pueblo de Los Molinos tuvo que ser evacuado, para proteger a la población de los bombardeos del ejército franquista, Santiago se incorporó al Ejército Popular de la República y luchó en él, en diferentes frentes. Al final de la Guerra cruzó a Francia por los Pirineos con su unidad, pero decidió volver a su pueblo, engañado, como muchos otros, por el falaz anuncio del dictador de que nadie que tuviera las manos límpias de sangre tenía nada que temer. 
Volvió a Los Molinos y fue detenido, encarcelado en el Convento de las Carmelitas de San Lorenzo de El Escorial, torturado, sometido a interrogatorios, humillado y sentenciado en un Consejo de Guerra Sumarísimo, junto con otros cuatro vecinos de Los Molinos, Mariano López Piñuelas, Anastasio Aparicio Ortega, Gregorio Alonso Martín y Enrique Molero Herrero, a pena de muerte por "adhesión a la rebelión". En sus condenas fueron actores principales los falangistas y caciques del pueblo que pidieron sus muertes, aunque nadie nunca les acusó de ninguna, pero sí de destinar los muebles que incautaron en los chalets a los hospitales y el dinero de las cofradías, que depositaron ante el Secretario del Ayuntamiento, a la Caja de Reparaciones de Madrid.
La sentencia del Consejo de Guerra dice:
"Resulta probado y así se declara por el Consejo que los procesados Gregorio Alonso Martín, Anastasio Aparicio Ortega, Mariano López Piñuela y Santiago Andrés Andrés de malos antecedentes y izquierdistas destacados con anterioridad al Glorioso Movimiento Nacional actuaron dede el primer momento al servicio de los marxistas en el pueblo de Los Molinos (...) Considerando que los hechos que se declaran probados son constitutivos de un delito de adhesión a la rebelión con las circunstancias agravantes de extrema peligrosidad (...) Fallamos que debemos condenar y condenamos a los procesados (...) como autores de un delito de adhesión a la rebelión agravado por la peligrosidad de los agentes y gran transcendencia de los hechos realizados a la pena de muerte"
Durante el Consejo de Guerra Santiago mantuvo en todo momento una posición digna, indicando que por orden suya se protegió al cura párroco, Alejandro de Castro "para evitar que se metieran con él" y en sus declaraciones no inculpó a nadie (lo que a veces hacían algunos procesados para intentar librarse de la pena de muerte).
El defensor de oficio, un oficial del ejército franquista, "expuso que los hechos realizados por los cuatro procesados eran constitutivos del delito de auxilio a la rebelión y solicitó se impusiera a cada uno de ellos la pena de 18 años y un día de reclusión temporal."

Uno de sus bisnietos hizo de él la siguiente se
mblanza:
"Santiago Andrés Andrés, hijo de Mariano y Obdulia, nació en Galapagar en 1896. Entre los recuerdos de mi abuela Eugenia está que era un buen padre, trabajador, gran cazador y que tenía una moto que hacía mucho ruido".
Fue vecino y alcalde (de marzo a agosto de 1936) de Los Molinos. Marido de Dolores Alonso Martín y padre de Obdulia, Teófilo, María Eugenia y Emiliana. Se moviliza con la JSU (Juventudes Socialistas Unificadas) y estuvo como zapador durante la Guerra Civil, primero en el Alto del León, luego en la Batalla de Brunete y posteriormente formando parte del Batallón 31 en la defensa de Alcañiz (Teruel). Durante ese periodo, mi bisabuela le siguió con sus tres hijas a todos los frentes, sufriendo el terrible bombardeo de Alcañiz. Se separaron en Tortosa y huyó con su Unidad a Francia, donde se reencontró con su hijo Teófilo herido en batalla.
Volvió a su pueblo donde fue detenido y llevado a San Lorenzo de El Escorial, sufriendo allí terribles interrogatorios. Su farsa judicial-militar se celebra en San Lorenzo de El Escorial el 12 de Mayo de 1939. Es sentenciado a muerte junto a su cuñado, Gregorio Alonso Martín, que ejerció de concejal también en Los Molinos. Con 43 años Santiago es trasladado a la prisión provincial de Porlier y fusilado en el Cementerio del Este, a las 6 horas del 15".
Fuente y relato: Ronald E. Redpath Glez-Granda (bisnieto de Santiago Andrés).
Otros molineros republicanos sufrieron también la venganza de los vencedores. Cuatro más fueron fusilados, otros fueron paseados (sin que sepamos con exactitud su nombre y número), otros encarcelados durante años, otros más tuvieron que huir al exilio para salvar su vida y las familias de todos ellos sufrieron expropiaciones y humillaciones durante años, a la vez que muchos republicanos de Los Molinos, trabajadores humildes, maestros, etc., perdieron sus trabajos y sus recursos, sufrieron palizas, robos por parte de los falangistas, humillaciones constantes y un ambiente de miedo que se prolongo durante decenas de años. Este sufrimiento fue especialmente doloroso para sus viudas e hijos, que tuvieron que cargar con el dolor de una muerte injusta, con las penurias de sobrevivir, con la persecución y el silencio.
Los otros compañeros de los que hemos podido reconstruir algo de sus biografías, porque el franquismo prohibió dar noticias y dar a conocer estos hechos, fueron: 
Anastasio Aparicio Ortega, fusilado el 23 de junio de 1939, a los 52 años, jornalero. Fue Vicepresidente de la Federación de Trabajadores de la Tierra, de la UGT, de Los Molinos y militante del Partido Socialista.
 
Gregorio Alonso Martín, hijo de Linos y Victoria, nació en Los Molinos en 1903, pueblo del que fue concejal en 1936. Albañil de profesión, militante del Partido Socialista, fue encarcelado junto a su cuñado, Santiago Andrés Andrés, en San Lorenzo de El Escorial, donde ambos fueron sentenciados a muerte el 12 de mayo de 1939. Gregorio Alonso Martín fue fusilado en San Lorenzo de El Escorial el 23 de junio de 1939.
Mariano López Piñuela, fusilado el 15 de septiembre de 1939, a los 49 años. Alcalde de Los Molinos en 1925 y en el año 1937.

Enrique Molero Herrero, fusilado el 29 de julio de 1939, a los 23 años, albañil.
Conocemos también que hubo otro vecino de Los Molinos que fue asesinado y enterrado en una cuneta en Segovia, así como que fueron depurados los maestros nacionales de Los Molinos, una docena de vecinos sufrieron cárcel y otra media docena tuvieron que partir para el exilio, entre ellos Victoriano Domínguez Torrejón y Gerardo Herranz.
Desde Convocatoria por Los Molinos, venimos insistiendo año tras año en la necesidad de justicia de reivindicar la memoria de las personas que fueron víctimas de la dictadura. Consideramos que el Ayuntamiento de Los Molinos, por un deber elemental de humanidad y justicia, debería recuperar y restaurar la memoria de esos vecinos y ponerse a disposición de sus familiares para, si estos lo desean, poner losas con sus nombres en la fosa o recuperar y trasladar sus restos al Cementerio de Los Molinos.

Cuando lo hemos planteado, nos hemos encontrado respuestas airadas por parte de los concejales del PP, que llegaron a irse del Pleno del Ayuntamiento en dos ocasiones, dando gritos y haciendo aspavientos, cuando planteamos este tema, en una demostración del tardofranquismo de algunos de ellos y de falta de sentimientos humanitarios y de justicia.
Si bien, en el Pleno ordinario de septiembre, cuando nuestro concejal volvió a plantear este tema, los concejales del PP permanecieron en sus puestos y su portavoz del PP abrió por primera vez una vía de entendimiento, cuando propuso que se hiciera un homenaje a todas las víctimas.
La Plaza de la Cruz de los Caídos, en Los Molinos, el único nombre franquista que subsiste en nuestro pueblo
Hasta aquí puede considerarse, por desgracia, "normal", pero en todas las ocasiones hemos tropezado también con la actitud del alcalde del PSOE que ha reiterado cada vez que no iba a hacer nada por la recuperación de la memoria y de los cuerpos de estas personas, militantes de su mismo partido, que 75 años después de ser asesinados por un gobierno ilegal e ilegítimo, siguen todavía en fosas comunes.
Tampoco PLM ha estado a la altura de las circunstancias y se ha limitado a repetir el discurso viejo del miedo sobre la necesidad de olvidar. Alguien dijo que para pasar página hay, primero, que leerla y ésta esta inédita y emborronada por las mentiras y las difamaciones que sufrieron después de muertos ellos y sus familiares, así como por las expropiaciones de sus bienes.
Mapa de las fosas en España
Contrasta esta posición con la que recientemente adoptó el Pleno del Ayuntamiento de Torrelodones, el 8 de abril de 2014, al aprobar por unanimidad el dedicar una vía pública al que fue alcalde de ese pueblo, Mariano Cuadrado Fuentes, fusilado junto con nuestros vecinos Santiago Andrés Andrés y Mariano López Piñuelas. Esa resolución se aprobó por una Moción del PSOE de Torrelodones, partido en el que militaban los alcaldes referidos, apoyada por el PP, por Actúa y por el partido de gobierno Vecinos por Torrelodones.
Mientras se dan estos pasos a pocos kilómetros de nuestro pueblo, la ideología franquista de algunos miembros del PP de Los Molinos, la cobardía y la ausencia de principios del PSOE de nuestro pueblo y las tópica posición de PLM siguen haciendo imposible lo que en casi todo el país es ya algo normalizado.
Cuando el PSOE de Torrelodones presentó esa Moción, su portavoz dijo entre otras cosas los siguiente: 
"Hasta avanzado el mes de marzo de 1939 Mariano Cuadrado siguió defendiendo la legalidad republicana convencido de su inocencia se quedó en el pueblo hasta el final. Detenido el 27 de marzo de 1939, al entrar las tropas de Franco en Torrelodones. Mariano Cuadrado fue detenido e interrogado duramente. Traslado a la cárcel de las Carmelitas en el Escorial, fue juzgado en juicio sumarísimo militar y condenado a muerte. El 15 de septiembre de 1939 moría fusilado en las tapias del cementerio de la Almudena con otros once republicanos. Su cadáver no fue devuelto a su familia y permaneció en paradero desconocido."
¿Será consecuente alguna vez el PSOE de Los Molinos como lo ha sido ese partido en Torrelodones? ¿Actuará PLM como su partido de referencia Vecinos por Torrelodones? ¿El PP de Los Molinos imitará a sus compañeros del PP de Torrelodones? 
Nosotros/as seguiremos planteando la necesidad de recuperar la memoria de estos vecinos, el tiempo y las veces que sea necesario.

31 comentarios:

Anónimo dijo...

Totalmente en contra de que mataran a estas personas, pero ojo de los que habláis no tenían delitos de sangre pero uno tenia un delito peor que es señalar a los vecinos de tu pueblo que después fueron asesinados en nombre de la republica....

Adolfo dijo...

Con todo el respeto hacia lo que dice el Anónimo, quiero exponer mi posición.
Cuando se dio la sublevación militar-fascista, en tres días el frente de guerra estaba a cinco kilómetros y medio de la plaza del pueblo y a un kilómetro y medio de nuestro término municipal.
En esas circunstancias, los grupos de paisanos que defendían la República, organizados en milicias, empezaron a detener en los pueblos de la Sierra a las personas que estaban con los golpistas.
Se trataba de una medida lógica desde el punto de vista militar.
En esos momentos, a pesar de la desorganización en que el golpe sumió al país y al gobierno de la República, desde Madrid llegaron cartas y órdenes prohibiendo las detenciones y los controles por parte de las milicias, e indicando que se tenía que cumplir con la legalidad (las que llegaron a Los Molinos están en nuestro Archivo Histórico).
En varios de nuestros pueblos esos detenidos fueron trasladados fuera de la primera línea de fuego (Los Molinos tuvo que ser evacuado totalmente en agosto de 1936) y decenas de ellos fueron fusilados sin que mediara un juicio ajustado a la legalidad republicana, en medio de una espiral de violencia que desató el fascismo y a la que se respondió con una violencia que no tenía que haberse producido.
Desde mi punto de vista, se trató de asesinatos y así se calificó desde sectores republicanos. Si se defendía, desde la República, la justicia y la legalidad, no se podían saltar esas premisas y hacerlo cada uno a su aire.
No entro a si esas personas eran odiadas en los pueblos por ser caciques, por haber maltratado generación tras generación a los más pobres, por haberse robado las propiedades comunales, si eran pistoleros de Falange, si desde las parroquias predicaban el odio, etc. Algunos sin duda lo eran, pero tenían que haber sido juzgados con todas las garantías.
En el bando republicano, algunos sectores anarquistas predicaban esas represalias, pero fue sobre todo el PCE el que de manera calculada y siguiendo el modelo estalinista, impulsó la creación de un aparato de violencia injustificada que empezó por sectores fascistas o sospechosos de ser fascistas y que terminó deteniendo y asesinando incluso a quienes consideraban opositores, aunque fueran comunistas (Andreu Nin, es el ejemplo más significativo).
Pero si esto es criticable e incluso deleznable, lo que hizo el franquismo lo superó en número de asesinatos, en crueldad y en extensión en el tiempo, decenas de veces.
Santiago y Anastasio no cometieron ningún crimen. Estuvieron armados y su actuación se justificaba en una guerra. Santiago se incorporó en agosto a las tropas republicanas en la Sierra. Se convirtió en un militar y lucho en varios frentes.
Los sublevados emprendieron una campaña sistemática de exterminio en las zonas que ocupaban (incluso en Galicia, que distaba centenares de kilómetros del frente) y lo proclamaron abiertamente. Su objetivo era crear el terror.
Y después de la Guerra, esa campaña de terror siguió con decenas de miles de fusilados, miles de "paseados", centenares de miles de encarcelados y exilados, torturas, palizas, humillaciones, expropiaciones... y con el establecimiento de una dictadura que siguió matando, fusilando, encarcelando y torturando durante casi cuarenta años.
Yo estoy porque se sepa toda la verdad, que es la única Verdad.
Pero la primera tarea es reivindicar a los que lucharon por la libertad y fueron asesinados por un régimen genocida. La primera tarea es rescatar su memoria y limpiarla de mentiras.
Luego, yo también pienso que se debería hacer un acto de recuerdo de todas las víctimas de la Guerra y de la Dictadura.

Anónimo dijo...

Mira Adolfo, estás hablando de personas que no conociste, (me estoy refiriendo a los llamados "caidos"), estás jugando con sentimientos de personas, ahora mismo me hierve la sangre, y estoy haciendo un gran esfuerzo por no decirte aquí todo lo que me sale, nadie me ha generado tanta agresividad sobre este tema como tú, y es más NADIE en Los Molinos hasta que tu has llegado ha generado tanta agresividad y establecido los "bandos".
De verdad que necesitas hacer un acto de reflexión muy, muy grande.
Un saludo.

Anónimo dijo...

"En el bando republicano, algunos sectores anarquistas predicaban esas represalias, pero fue sobre todo el PCE el que de manera calculada y siguiendo el modelo estalinista, impulsó la creación de un aparato de violencia injustificada que empezó por sectores fascistas o sospechosos de ser fascistas y que terminó deteniendo y asesinando incluso a quienes consideraban opositores, aunque fueran comunistas (Andreu Nin, es el ejemplo más significativo)."

"Este párrafo es para mear y no echar gota".

Anónimo dijo...

Lo de mear y no echar gota va a ser de la próstata. Ve al médico, puede tener cura.

la buena polla dijo...

Mi polla está perfecta doctor.
A parte del chiste has entendido algo?
Seguro que no, por eso sales por el chistecito fácil.

Anónimo dijo...

Es lamentable que los molineros tengamos totalmente olvidado lo más vergonzoso de nuestra historia y venga un Mesias Iluminado, que no sabe nada de lo sucedido, a revolvernos las bilis.
Te voy a contar un caso, Mesias:
Un primo hermano de mi madre murió fusilado a las puertas del cementerio de Cercedilla.Tenia 17 años, su delito fue ser sacristán era finales de Julio del 36.No tuvo juicio (ni justo ni injusto) Quien chivo el "estatus" del chaval fué una de las personas qué tú nombras.Otros tantos con él y como él, murieron en el mismo lugar y a la misma hora, toos ellos padres de familia....numerosa.Las familias de unos y otros lo sabemos, lo hemos sabido superar y hemos convivido durante más de 70 años. Tenía que llegar El Mesias de turno para remover el basurero, intentando (sin conseguirlo, por supuesto)sembrar el odio entre todos los molineros.
Escribir sobre esto te puede aportar más seguidores que, por ejemplo,hacerlo sobre la fractura de la izquierda. Por tí provocada.
Y por eso lo haces.

Anónimo dijo...

(Olvidé una cosa en anterior comentario)
Tan defensor de los referéndum como eres, te propongo uno:
Votemos los molineros Adolfo SI o Adolfo NO.
Venga piensátelo y que tú bufón remita al Pleno la moción.

Anónimo dijo...

Sinceramente creo que escribir sobre esto no le va a aportar nada a nadie. En Los Molinos está el pescado vendido. Para lo único que sirve esta polémica es para enfangarse más y para trasladar al nivel local debates más grandes que son reales y muy dignos, pero a un nivel superior al de un pueblo.
También creo que esta persona se está envolviendo en esa bandera para parecer más molinero que nadie, demostrando a los del pueblo que somos de izquierdas que ha sido él el que ha tenido que "reivindicar a nuestras víctimas".

Anónimo dijo...

Sois, muuu cansinos, lo que os jode de adolfo, es que os está moviendo los pies del tiesto.. sólo eso, muchos pensamos como él..pero quizás no tenemos la valentía de decirlo a viva voz, tenemos comercios o dependemos de la gente de éste pueblo.

Anónimo dijo...

Este problema se arreglaba de una vez si el PSOE tuviera la mitad de valor y agallas que tuvo el PP cuando quitó la Avenida del "generalito" hace algunos años. Pero estos son bastante más mediocres que aquellos.
Por cierto creo que quien hizo eso fue un miembro de una de las familias más franquistas del pueblo, olé sus cojones.

Anónimo dijo...

Según tu comentario Adolfo, a una de las personas que nombras ya no hay que rendirla homenaje por que fue de esos que se dedico a detener y ordenar que mataran a molineros.
Deja en paz a los muertos que en este pueblo la mayoría de los asesinados en guerra son de derecha, que fueron asesinados al tercer día de comenzar la guerra, se ve que la izquierda tenia prisas...

Anónimo dijo...

Adolfo,

¿Sólo valen los muertos del bando republicano?, ¿es eso hacer memoria histórica?
De verdad, ya es pena lo que me dan tus comentarios, ni asco ni repudia, pena.
Utilizar el dolor y los muertos para que se te oiga y se hable de ti, repito, me da pena.
En toda mi vida en Los Molinos he visto ningún tipo de revanchismo, ni reproche entre los descendientes de los distintos bandos.
Pero tú con tu afán de protagonismo tienes que venir a sacar de contexto, sin toda la información necesaria y por supuesto sólo recordando a los muertos de un bando, lo peor de la historia de nuestro País.
Mi abuelo (DEP), fue militar republicano, veraneante de Los Molinos desde los años 40, y hablando de la Guerra con él sólo recuerdo una frase "La Guerra la perdimos y punto". No cabe rencor ni revanchismo.
Pena, me dan pena tus comentarios.

Por cierto no nos jode que Adolfo nos esté sacando los pies del tiesto. Lo que nos jode es la manipulación que está haciendo de los datos.

Anónimo dijo...

Últimamente no dais una. Otro tiro en el pie que os habéis dado.
Primero la entrada del Sr. San Isidro con su renuncia a las entradas de los toros y a la asignación, después la parálisis de la polémica sobre el Catálogo, y ahora queréis que se homenajee a un alcalde que cometió el pecado más vil que puede cometer un hombre, la delación.

Anónimo dijo...

No es que los muertos de un lado valgan más que de otro, a cada uno, le duelen los suyos, la diferencia es que los del bando ganador, ya han sido homenajeados, durante años, han tenido sus calles, sus responsos, sus familias les han podido llevar flores a su tumba, y los del bando perdedor, no se sabe ni donde están..es cuestión de justicia histórica,,sólo eso.

Anónimo dijo...

Este problema se solucionaba con voluntad política, y con muy poca. Pero este alcalde no tiene ninguna.
¿Cuál es el problema una placa con los nombre de los caídos del bando republicano? Pues se pone y ya está. No es tan difícil. Cambiar el nombre a esa plazuela también es muy fácil: Plaza de la cruz.
Más difícil era cambiar en nombre de la calle Real y se hizo sin ningún problema.
Demorando esto lo único que se está haciendo es darle alas y protagonismo al Sr. Rodríguez.

Anónimo dijo...

Una placa a la persona que señalo con su dedo a los molineros que habia que matar? Bueno con su dedo no, dio una lista con los nombres la persona que tiene ese honor es Gregorio conocido en el pueblo como Goyo el sartenes
No creo que se merezca el honor de tener una placa en Los Molinos por mandar asesinar a sus vecinos, ya que a ellos ni los mataron ni los señalaron los molineros eso no hay que olvidarlo

Anónimo dijo...

Cada día se enreda más esta historia Adolfo. Este ridículo que estás haciendo con el tema de los fusilados republicanos te está pasando por no conocer la historia del pueblo, por no ser de aquí y no haber mamado lo que fue la verdadera historia.
Te has metido en el archivo y te crees que sabes todo, despreciando la fuente oral, tan importante en esta parte de nuestra historia reciente.

Me gustaría aprovechar este medio para animar a todos los que sepan más detalles a que lo pongan en común como el último anónimo, y que sepamos cuantas más cosas mejor y tener más elementos que nos permitan hacernos una composición de lugar mejor y menos parcial. Sólo teniendo la versión de Adolfo la cosa queda muy incompleta. Siempre se ha dicho que es bueno oír todas las campanas.

Anónimo dijo...

Ya estamos con los molineros de toda,la vida...pero quienes son los molineros de toda la vida? Porque hay gente que lleva viviendo en los molinos 20 aňos y si son molineros de toda la vida.... Y otros llevan 17 y no les vale a los que llevan 20. Como molineros de toda la vida. Ese cuento esta acabado. Toda la gente que vive en el pueblo es molinero cómo el que más....y no sólo a vuestra conveniencia.. Este vale para molinero de toda la vida y este no.... El concejal Coello no es molinero de toda,la vida.por ej...pues igual con los muertos del bando republicano.. Deseamos que se les entierre como ciudadano de toda la vida...

Anónimo dijo...

Para el anónimo de las 19:53:
No intentes desviar el debate a algo que no tiene nada que ver con el tema.
Cuando le digo a Adolfo que se ha equivocado por no ser de aquí, no tiene nada que ver con lo que tú, mal intencionadamente, señalas. Yo nunca discriminaré a nadie por su origen.

Cuando alguien es de un pueblo y se ha criado escuchando las batallitas del abuelo, conoce a las familias y sabe mejor que otros lo que pasó en ese periodo.

Esto demuestra que cuando se cuentan las historias no sólo valen los archivos y el bagaje ideológico de quien escribe (la subjetividad de escritor/hitoriador, que en Adolfo es exageradamente parcial, por cierto). En una época tan cercana en la que se pueden hasta conocer a algunos protagonistas (ya pocos por desgracia) es muy importante la fuente oral, las entrevistas y las batallitas de los abuelos.

Adolfo quiere traer al ámbito local una polémica que es nacional y depende más de instancias mayores.
La mayoría de las personas sensatas, incluso de derechas, no tendrían ningún inconveniente en que se enterrasen dignamente a todas esas víctimas que yacen en cunetas o en fosas comunes. Pero desenterrar viejas historias es delicado y peligroso en el ámbito local. Y puede dar lugar a situaciones como la que se ha producido en los Molinos, descubrir una parte de la historia que no es muy agradable.

Anónimo dijo...

Das por echo que la información de Adolfo es solo de archivo... Y lo mismo le han contado todas esas batallas no batallitas gente del lugar y con mucho conocimiento de lo que paso.. Hay que ser serios aunque el tema a muchos os escueza.. Es lo que paso.. Yo cuando mi padre me cuenta cosas que pasaron... No se trató a gente igual... Y esta enterrado por las cunetas.. No eran molineros de toda la vida qué le vamos hacer..!!!.

Anónimo dijo...

Adolfo empezare a creer algo de ti, cuando hagas mención de las personas que fusilaron en este pueblo el ejército popular a los pocos días de empezar la guerra, nunca has hecho mención aellos, solo los que fueros del bando rojo.

Anónimo dijo...

A quien fusilaron??

Qué pena de España... dijo...

Da pena que se siga con los mismos argumentos por parte de esta derecha sectaria y guerracivilista. Qué no tendrán que tapar de sus antepasados para decir que dejemos todo como está. A veces da náuseas convivir con semejante ralea...

Anónimo dijo...

Si en los molinos taparlo es bueno para la izquierda, recuerda que en este pueblo no fusilaron a nadie de izquierdas del reves la izquierda el 28 de agosto del 36 fusilo a varios vecinos por ser de derechas o el cura y tambien fusilaron al sacristan con tan solo 17 años, si hay alguien que en este pueblo tiene que pedir perdon por lo ocurrido es la izquierda

Anónimo dijo...

Jaja... Me parto y me mondo....

Anónimo dijo...

No entiendo que te haga gracia que asesinaran a vecinos de nuestro pueblo... Refleja tu altura moral claro

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo con lo que se dice de la represión franquista. Recuerdo que el alcalde de Cercedilla en esa época estuvo escondido treinta años en un desván. Salió en 1977. Todavía hubo miserables que en aquellas fechas le enviaban anónimos amenazándole de muerte.

Pero los republicanos no se quedaron cortos. A un primo de mi madre, Eugenio Egea Castañeda, lo fusilaron junto con el párroco en las tapias del cementerio de Cercedilla. Todavía conservo una carta suya escrita cuatro meses antes de morir en las que expresaba sus vanas esperanzas de salir con vida del conflicto que se avecinaba. La mayoría de los caciques de la zona huyeron en los meses anteriores cuando el Alzamiento era un secreto a voces. Quedaron los más desgraciados. Mi tío Eugenio Egea era maestro en Los Molinos en 1936. Su cadáver nunca apareció.

Repudio todos los asesinatos cometidos en aquellos años por ambos bandos. Ojalá no vuelva a ocurrir.

Ángel Ayala Egea

Anónimo dijo...

Ese Alcalde, al que nadie eligió, ni ganó las elecciones en el Municipio, es el responsable directo de llamar a las milicias marxistas al mando del psicopata asesino de “el Campesino” para viniera a purgar la zona. Uno de los purgados fue mi abuelo el 25 de Agosto 36. Le sacaron de la cama y mi abuela, embarazada de mi padre, jamás le volvió a ver. Cuando desenterraron los cadaveres de los 11 asesinados a manos de tus kamarrradas las autopsias recalcan que “no solo centraron los disparos a bocajarro en la cara, si no que además hubo ensañamiento con los cadaveres”. Al menos el marxista ese, aunque fuera un juicio de guerra, fue un juicio. A mi abuelo y a otro miles más. Que fíjate que malo Franco que dejo las actas de los juicios a los marxistas y demás tales para que leáis en Democracia lo que hizo y así saquéis las pruebas para ganar la guerra hoy. Intentareis distorsionar y cambiar la historia, pero…seréis siempre Subcampeones en la Guerra Civil.

Adolfo Rodríguez Gil dijo...

Al anónimo tímido, pero reconocible:
Lo lógico es que escribas dando tu nombre. Otros lo hacemos.
Es probable que no lo hagas porque te da algo de vergüenza lo que dices. Eso te alaba.
Te comento algunas opiniones personales sobre lo que dices:
Durante el bienio negro, el gobierno derechista de la República, apoyado en los caciques de cada zona, destituyó a numerosísimos Ayuntamientos donde gobernaba la izquierda y manipuló las elecciones, con ese caciquismo que amenazaba con hambre a quien no les votaran.
El Frente Popular, para las elecciones de febrero de 1936, llevaba en su programa la restauración de las elecciones democráticas en los Ayuntamientos. En los pocos meses antes del golpe militar-fascista-iglesia católica, cuando ese proceso golpista estaba en marcha a plena luz, los gobernadores civiles sustituyeron Ayuntamientos de la CEDA, como el de Los Molinos, para cortar las cospiraciones. En nuestro caso, el alcalde Santiago Andrés Andrés, hizo un largo informe sobre la situación desastrosa en cuanto a control de la actuación y de las cuentas municipales, poniendolo en conocimiento del gobierno civil, para iniciar un proceso judicial contra la corporación de los caciques.
Nadie llamó a las milicias. Los milicianos y milicianas subieron a la Sierra para parar el avance de las tropas de Mola, que venían a tomar Madrid y a poner en práctica las directrices dadas meses antes, de crear el terror entre la población para imponer el golpe.
En los pueblos se controló, desarmó y detuvo a personas ligadas a la CEDA, falange, etc. Pasó también en Los Molinos. Hay que recordar que las tropas franquistas estaban a apenas cinco kilómetros del centro del pueblo. Era una medida militar, aunque también el resentimiento y el odio a los caciques, por siglos de humillaciones, estaba presente.
Los detenidos fueron entregados y luego llevados a Cercedilla (Los Molinos se evacuó por los bombardeos del ejército sublevado) Allí, de una manera injusta, ilegal y criminal se los fusiló, contra las propias leyes republicanas y las instrucciones del gobierno civil. Algunos cuerpos de milicias, en los primeros momentos, estaban constituidos por delincuentes liberados o escapados de las cárceles. Aunque las noticias de las matanzas que estaban haciendo los sublevados, caldearon los ánimos y crearon el ambiente para esos crímenes. No considero a los que se tomaron la justicia por su mano mis camaradas.
Cuando terminó la Guerra, Santiago Andrés Andrés, que estaba en Francia, confió en aquello de que no habría represalias a quien no tuviera las manos manchadas de sangre, y regresó a Los Molinos.
Le detuvieron, le torturaron, le encarcelaron y le hicieron, junto con decenas de miles más, una pantomima de juicio: un consejo de guerra sumarísimo, del ejército de ocupación (así se llamaba oficialmente) con "abogado" militar, que no era abogado.
En esos juicios se les aplicó la Ley de Responsabilidades Políticas, que abarcaba con carácter retroactivo hasta antes de la guerra y por la que se consideraba delito haber pertenecido a una organización sindical o a un partido de izquierdas: no era DERECHO, era venganza y el propósito enunciado de eliminar todo vestigio de ideología de izquierdas y sumir a los trabajadores/as en el miedo.
Las actas de los consejos de guerra están en el juzgado de S. Lorenzo de El Escorial. Los vencedores de la Guerra, con el apollo nazi-fascista, no tenían miedo del qué dirán... proclamaban cada día su violencia y su ánimo de venganza. No tiene ningú mérito suyo que se hayan conservado. Pero aún así, costó muchísimo conseguirlas y hubo hasta amenazas por parte de un juez... Pero sacamos fotos de cada página (no nos daban fotocopias) y las publicamos.

Adolfo Rodríguez Gil dijo...

(sigue)
Sé que te da mucha rabia, pero la Guerra la habéis terminado perdiendo los franquistas y fascistas. Las pruebas son que la inmensa mayoría de la población reniega de esa dictadura criminal y que hoy todo el miedo, la represión y las leyes que puso en marcha el franquismo están en el armario.
La Guerra Civil la ha ganado la democracia