domingo, 17 de noviembre de 2013

Sólo la lucha permite defendernos y avanzar


La lucha de los trabajadores y trabajadoras de la limpieza en Madrid nos deja enseñanzas. La más importante es que, cuando los trabajadores/as estamos unidos y decididos, podemos ganar. También nos deja una muestra del cambio de ciclo social y político: la solidaridad con este movimiento ha sido ampliamente mayoritaria, a pesar de las campañas de la derecha intentando deslegitimarlo. Poco a poco se reconstruye en nuestras cabezas y en la práctica la conciencia de clase, la conciencia de la necesidad de actuar unidos/as y decididos/as, la sabiduría de que sólo con la lucha podemos defendernos y avanzar.
Ya sea contra el "capitalismo de los amiguetes" o contra el capitalismo, sin apellidos, poco a poco recobramos la conciencia de nuestra fuerza.
Un artículo de la revista digital "Sin Permiso" hace, hoy mismo, un análisis de esta lucha.
Madrid: los trabajadores de limpieza viaria y jardinería han vencido después de 12 días de huelga
Marta Rojo. 17/11/13. Tomado de la web de Sin Permiso

Hacia las tres de la madrugada del sábado 16 al domingo 17 los representantes de los trabajadores y las empresas concesionarias de los servicios de limpieza viaria y de parques y jardines de Madrid han llegado finalmente a un acuerdo. Concluye así una huelga que había comenzado el 5 de noviembre frente a un ERE que contemplaba 1.640 despidos en una plantilla de alrededor de 6.000 personas y una rebaja salarial del 40 por ciento para unos salarios que rozan los 1000 euros.

Las concesionarias no son otras que OHL, una filial de Sacyr y FCC. OHL es la compañía de Juan Villar Mir, mientras que del Rivero preside Sacyr. Ambos han declarado en la Audiencia Nacional en relación con el caso Bárcenas; es decir, el caso del pago de supuestos sobresueldos a dirigentes del Partido Popular (PP) y financiación ilegal del partido, a través de supuestas donaciones de empresas que luego han obtenido contratos de administraciones gobernadas por el mismo partido.

Cuando en el verano pasado el Ayuntamiento de Madrid sacó a concurso el servicio con una rebaja del precio sobre la contrata anterior y luego las empresas pujaron por una cantidad todavía menor, sabía perfectamente lo que iba a ocurrir. De hecho, en el pliego de condiciones no fijó la obligatoriedad de que las concesionarias mantuviesen las plantillas. En este punto la alcaldesa, Ana Botella, mintió durante los primeros días de huelga, al confesarse ignorante al respecto. Un video que ha circulado profusamente en youtube con la advertencia, justo en el debate municipal sobre la adjudicación del servicio, de la concejala de Izquierda Unida, Raquel López, lo ha puesto en evidencia.

Las pretensiones iniciales de la patronal y el papel jugado por la alcaldía de la capital han de comprenderse en un escenario configurado por la diabólica espiral de austeridad y privatizaciones. El ayuntamiento de Madrid tiene una deuda de más de 7.400 millones de euros, siendo la administración local más endeudada de España. Con el pretexto del ahorro, el equipo capitaneado por Ana Botella mantiene la privatización del servicio de limpieza viaria y de parque y jardines. Pero es un argumento estrictamente falso. En Fuenlabrada –una localidad madrileña de casi 200.000 habitantes-, la limpieza es un servicio público. Cada barrendero, cuyo salario es más alto que el de su colega madrileño, le cuesta al consistorio 28.345 euros anuales. Por el contrario, el Ayuntamiento de Madrid, paga a las empresas concesionarias por cada barrendero 32.145 euros. Las empresas, descontado los salarios, seguros sociales, amortizaciones e inversiones, obtienen un margen de beneficio neto de 3.500 euros por barrendero y año. En las privatizaciones, por tanto, el secreto no es el ahorro, ni los intereses de los madrileños, sino el beneficio de unas empresas “amigas”, al servicio de las cuales opera la corporación. Este es el “capitalismo de amiguetes”.

Durante los primeros días del conflicto, la posición de la alcaldesa no ha sido otra que desentenderse del conflicto, entendiendo, en puro lógica liberal, que si el servicio está privatizado, los poderes públicos no son responsables. La firmeza de los trabajadores en huelga, los comentarios en la prensa internacional y las presiones dentro de su partido en Madrid que se sabía afectado por los “daños colaterales” de la carencia de iniciativa de la alcaldesa, le hizo cambiar de posición. Paralelamente, sectores de la derecha clamaban por la intervención del ejército para recoger la basura y el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González pidió “más contundencia con los piquetes”.

Al fin, la alcaldesa amenazó tímidamente con multar a las empresas interponiendo una denuncia porque no se cumplían los servicios mínimos –algo que nunca ha podido demostrar con datos en la mano- y dio un plazo de 48 horas para que se llegase a un acuerdo. Mientras, gestionaba que la empresa pública TRAGSA proporcionase esquiroles para romper la huelga y quebrar el espinazo a los sindicatos. En todo momento ha tratado de criminalizar a los trabajadores, acusándoles de violentos y atribuyendo a los piquetes la quema de contenedores de basura. Sin embargo, el comité de huelga se desvinculó inmediatamente de cualquier acto vandálico, mientras que la policía desmentía que los detenidos –hasta un total de 18- formasen parte de los huelguistas.

La oposición en conjunto ha rechazado categóricamente la gestión del conflicto por parte de la señora Botella, de quien la prensa internacional ha dicho que es completamente inadecuada para el cargo que ocupa. El socialista Lissavetzky ha llegado a pedir su dimisión. Lo mismo que Izquierda Unida, que ha manifestado su apoyo a la huelga y se ha pronunciado por la remunicipalización del servicio.

La posición de los trabajadores, de sus sindicatos y órganos de representación ha sido firme a lo largo de todo el conflicto: no admitir ni un solo despido ni bajadas de salario. Esta posición ha sido defendida de manera unitaria y basándose en la movilización, aún sabiendo que si se agotaba el plazo preceptivo para la negociación, las empresas podían materializar el ERE y proceder a los despidos. Gracias a su determinación, los trabajadores han logrado un acuerdo que elimina los despidos y las rebajas salariales con que se descolgaron inicialmente las empresas. El pacto contempla para los próximos cuatro años, la congelación salarial, un ERTE de 45 días por año, bajas voluntarias con 28 o 29 días de indemnización y excedencias por 5 y 10 años, con indemnizaciones del 50 por ciento y el 75 por ciento del salario bruto respectivamente. Asimismo, de las vacaciones en jardinería, que hasta ahora se disfrutaban íntegramente en verano, 10 días se tomarán fuera de temporada.

A pesar de la presión de las empresas, la alcaldía y los medios de comunicación, la huelga ha contado con una amplia simpatía entre la ciudadanía, que ha entendido la justicia de las demandas de los trabajadores. La Federación Regional de Asociaciones de Vecinos ha recabado firmas de apoyo y la participación en las manifestaciones se ha visto incrementada con otros trabajadores y personas ajenas a los huelguistas.

En definitiva, la huelga de la basura en Madrid se ha saldado con una victoria para los trabajadores, en la medida en que han logrado mantener el empleo y eludir la drástica reducción salarial inicialmente propuesta. No está de más insistir en que la clave de esa victoria ha residido, no por casualidad, en la fuerte presencia sindical, además de en la movilización y en la simpatía, cuando no la solidaridad de la ciudadanía. Aunque es una victoria en un contexto defensivo, muestra que es posible doblegar las políticas que gobierno y empresas despliegan contra los trabajadores.

Pero el significado de esta huelga va mucho más allá, en la medida en que ha producido un importante desgaste al ayuntamiento del PP. De ese modo, representa otro episodio de lo que puede y debe ser el principio del fin del PP en la alcaldía de Madrid.

Marta Rojo es el heterónimo de un reconocido historiador del movimiento obrero madrileño, amigo y colaborador de Sin Permiso

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Para algo a servido la huelga. FUERA DIMITE BOTELLA..animo BARRENDEROS este es el ejemplo no hay que rendirse lucha y mas lucha!!!

Anónimo dijo...

Y hay que escuchar a la botella, reírse de todos los trabajadores, al afirmar que no ha habido despidos, "gracias", a la reforma Laboral.

Anónimo dijo...

"Para algo a servido la huelga. FUERA DIMITE BOTELLA..animo BARRENDEROS...".
Espemos que para algo más que barrer las tildes y las haches............te lo perdonamos por ser de los nuestros.