sábado, 17 de noviembre de 2012

Sexta concentración frente a Cuelgamuros

Este sábado, 17 de noviembre, nos volveremos a concentrar, por sexto año consecutivo, frente a la entrada del Valle de Cuelgamuros, de 13.00 a 14.00
Reivindicamos Verdad Justicia y Reparación para las Víctimas del Franquismo, que se terminen los homenajes al dictador, que se retiren sus restos de una iglesia que es propiedad del Estado y que el monumento franquista se convierta en un Memorial de la lucha contra la dictadura

Después de la concentración, haremos una comida de convivencia en el CSOA La Fábrika, en Collado Villalba.
La concentración está convenientemente comunicada y "negociada" con la Delegación de Gobierno.




18 de noviembre
Unas 200 personas nos concentramos, por sexto año consecutivo, frente a la entrada del Valle de Cuelgamuros
En lo que ya viene siendo una tradición de los movimientos sociales de la Sierra y del Foro por la Memoria, se volvió a reivindicar la conversión del monumento fascista en un Memorial de la lucha antifranquista, convirtiendo en normalida democrática la protesta frente a ese símbolo del crimen

Al finalizar la concentración se leyó el manifiesto conjunto de los convocantes y mujeres de los movimientos sociales de la Sierra escenificaron una reflexión sobre el retroceso que significó para su causa la dictadura.
Un elemento a destacar, y sobre el que reflexionar, es que este año no acudió ni un sólo contramanifestante fascista. Manifestarse frente al Valle, que hace unos años parecía imposible, cuando en torno al 20N grupos fascistas y neonazis se enseñoreaban por nuestra Sierra, hoy es perfectamente normal. Los demócratas nos manifestamos y los fascistas retroceden..

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Documento que leyeron13 mujeres de los movimientos sociales de la Sierra
Porque fueron somos, porque somos serán
Desde un primer momento, las mujeres se comprometieron en la lucha antifascista y esto les sirvió para salir del entorno doméstico y participar en la vida pública y política. Las mujeres organizaron labores de auxilio, de abastecimiento, de asistencia infantil, de alfabetización, de formación. Algunas, rompieron radicalmente con sus roles de género y se alistaron como milicianas. Estas experiencias empoderaron a las mujeres, redefinieron sus expectativas vitales y les sirvieron para tomar consciencia de sus derechos laborales, sociales y políticos.
A pesar de la dureza de la guerra, las mujeres vivieron ésta como una experiencia que les permitió explorar todas sus potencialidades como seres humanos y desafiaron al patriarcado como nunca antes se había hecho en la historia del estado español. La guerra hizo perder parte de su sentido a las funciones tradicionales de madre, ama de casa y proveedora del hogar porque durante el conflicto, las mujeres proporcionaron alimentos, cuidados y asistencia a toda la población civil y militar. Las mujeres rompieron las barreras del hogar para ser protagonistas de la vida social de sus comunidades. Esto transformó sus vidas pues les dio autonomía y capacidad para tomar decisiones que afectaban a la sociedad. Lograron así superar el silencio impuesto por el patriarcado y saliendo de sus casas, opinaron y se expresaron públicamente y con firmeza en cuestiones de política, economía, guerra, antifascismo.
Durante la guerra, las mujeres se politizaron. Desafiaron el monopolio masculino de la vida política y se comprometieron con la misma. Su compromiso en la lucha antifascista sirvió para que definieran un proyecto femenino, en relación con la realidad que les tocó vivir. Se negaron a aceptar el papel de “ángel del hogar” y lucharon, a veces sin éxito (como cuando fueron trasladadas desde el frente de batalla a la retaguardia), para que se reconociera su valía en todos los ámbitos de la vida política y social. Para ellas, el camino de la emancipación femenina pasaba por la educación, la formación profesional, el derecho al empleo y el compromiso político.
La derrota de las fuerzas antifascistas dio paso a 40 años de dictadura franquista. Como todxs sabemos, este régimen se basó en la represión brutal y la eliminación de los derechos individuales y políticos alcanzados durante la II República. Para el franquismo, la lucha de las mujeres por conquistar derechos políticos, por acceder al empleo remunerado, por salir fuera de la esfera doméstica, fue vista como el motivo por el cual el modelo tradicional femenino de “ángel del hogar” se había desbaratado. Para el franquismo, esta fue una de los pilares de la decadencia y corrupción política, cultural y moral de la sociedad en su conjunto.
Por eso, la represión a las mujeres no fue solo contra las que de alguna u otra manera participaron en la contienda bélica, sino que se extendió a todo el género femenino. TODAS FUIMOS REPRESALIADAS. Las voces femeninas desaparecieron, sus organizaciones se dispersaron y se desautorizó su presencia en la vida pública. La represalia llegó hasta la apropiación de sus hijos e hijas.
Los valores fascistas, entremezclados con el nacional catolicismo y con el patriarcado que nunca había desaparecido, se infiltraron en la vida de todas las mujeres librando una brutal contienda ideológica y vital que las encarceló a todas en su hogar, una cárcel dorada o negra, de la que poco a poco, una vez más a través de la resistencia y la lucha, estamos logrando salir. ¡PORQUE FUERON, SOMOS!
Por eso, para construir una sociedad justa e igualitaria, hoy como ayer, nuestra lucha es contra el patriarcado, el fascismo y el capitalismo. Hoy como ayer, las mujeres estamos luchando por la educación, el empleo, el reconocimiento de nuestros derechos sociales y políticos y por la participación real y equitativa en todos los ámbitos de la sociedad. Hoy también luchamos por el respeto a nuestros cuerpos, campos donde libran un sinnúmero de batallas. Nuestra lucha no es sencilla, tiene muchos frentes abiertos. Es una lucha que no podemos hacer solas, pues la lucha feminista es y siempre ha sido también la lucha por la emancipación de todo el género humano y por la vida en este planeta. ¡PORQUE SOMOS SERÁN!
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COMUNICADO DE LOS ORGANIZADORES DE LA CONCENTRACIÓN
El Valle de Cuelgamuros, como se llama realmente el mal llamado Valle de los Caídos, es sin duda un lugar excepcional. Pero no tanto por su singularidad arquitectónica como por el trato que ha recibido de los sucesivos gobiernos del régimen nacido de la falsa transición.
Casi 37 años después de la muerte del dictador Francisco Franco, sus restos mortales, junto a los del fundador de Falange José Antonio Primo de Rivera, siguen enterrados con todos los honores en este lugar. Es el único caso en Europa en el que los restos de un golpista criminal descansan, junto a los de sus víctimas, en un monumento de titularidad pública que fue construido para celebrar y rememorar la victoria del fascismo sobre el Pueblo.
El Valle de Cuelgamuros es también excepcional por ser el mayor monumento de exaltación del fascismo en Europa, y el único de esas características. Mientras que los gobiernos en países de nuestro entorno democrático transformaron campos de concentración nazis en lugares dedicados a la memoria de las víctimas, el Valle de Cuelgamuros es, desde hace años, un lugar de peregrinación del fascismo internacional y de homenaje a los verdugos.
Pero la excepcionalidad del Valle de Cuelgamuros ha adquirido otro cariz este último año. En un momento de recortes en servicios públicos y de contra reformas que implican graves retrocesos en derechos como la Educación, la Sanidad o la Justicia, el Gobierno del Partido Popular ha ido más allá al señalar como una de sus prioridades el invertir en restaurar este espacio de la vergüenza para “favorecer la afluencia de turistas”.
Por el contrario, ha suprimido las partidas presupuestarias dedicadas a la apertura de fosas y a actividades para la recuperación de una memoria democrática. Una vez más, el Estado español apuntala la impunidad y trata con desprecio a las y los reprealiados del franquismo, todavía hoy condenados al olvido.
Ante esto, las asociaciones firmantes de este manifiesto, queremos denunciar la absoluta falta de espíritu democrático que demuestran las instituciones del Régimen al planificar una inversión que redundará en perpetuar el Valle de Cuelgamuros como lugar de culto al fascismo, mientras entierran las iniciativas destinadas a recuperar la memoria colectiva, ocultando nuestro pasado para poder seguir negándonos un futuro de justicia y libertad.
Y lo hacen en un momento en el que asistimos con preocupación al resurgimiento de formaciones de extrema derecha en países vecinos, mientras seguimos a la espera de un claro y contundente desmarque del régimen franquista por parte del PP, como gobierno que se dice democrático.
Frente al fascismo, y frente a la política de recortes en derechos humanos, las asociaciones firmantes de este manifiesto reivindicamos una sociedad que se asiente sobre las bases de valores fundamentales como el antifascismo, la igualdad y la justicia social. Valores que compartimos con aquellos hombres y mujeres que defendieron con su vida el espíritu de progreso e igualdad encarnado en la Segunda República.
Por ellos, porque compartimos sus sueños, reivindicamos que todo el espacio del Valle de Cuelgamuros sea reconvertido en un Memorial dedicado a las víctimas del fascismo, incluidos los presos políticos que fueron obligados a construir el mausoleo de Franco.
Igualmente, exigimos que se investigue a las empresas y grandes fortunas que, gracias al trabajo esclavo, se lucraron con la construcción del Valle. Están también entre las grandes fortunas de hoy, formando parte del 1% que se esta beneficiando de la crisis, y pedimos que se publiquen los nombres y se paguen indemnizaciones que sirvan para homenajear a las víctimas, como ha ocurrido en otros países.
Otras reivindicaciones para el futuro Valle de Cuelgamuros son:
La desacralización de la basílica, el traslado de la orden religiosa custodia del Valle, y la exhumación de los restos de Francisco Franco y José Antonio Primo de Rivera para que sean entregados a sus familias.
El desmantelamiento de la cruz en cuanto que no es un símbolo del cristianismo sino del la bochornosa complicidad de la Iglesia con el franquismo. Una cruz de Espartaco que sirviera como advertencia a quienes se atrevieran a cuestionar el Régimen. Proponemos su desmantelamiento por voladura (controlada) para culminar un gran acto público de desagravio a las personas represaliadas por el franquismo.
La cuantificación e investigación del número y el origen de las miles de personas allí sepultadas. Esos restos constituyen la prueba de crímenes contra la humanidad perpetrados por la dictadura. Pero además, los restos de los republicanos que fueron trasladados al Valle clandestinamente en los años 50 deben ser entregados a sus familias. Ni por un día más pueden seguir sirviendo como trofeo a su verdugo.
El Valle de Cuelgamuros debe ser retirado de la propaganda turística de la Comunidad de Madrid que actualmente, de forma indecente, lo sitúa como una parte de la llamada Ruta Imperial que une enclaves históricos.
En las puertas del Valle de Cuelgamuros, ciudadanas y ciudadanos venidos de todas partes exigimos coherencia democrática para poner fin de una vez a este vergonzoso homenaje a la dictadura.
Y lo hacemos por higiene democrática y por respeto a la dignidad de todos los represaliados y represaliadas del franquismo, hombres y mujeres a quienes todo les fue arrebatado por querer defender un sueño que seguimos compartiendo. Porque fueron valientes y supieron con su lucha darle esperanza a todo un pueblo, pedimos su reconocimiento y seguimos su ejemplo para librar la batalla del presente por nuestro futuro.

Federación Estatal de Foros por la Memoria
Foro Social de la Sierra
CSO La Fábrika

1 comentario:

Anónimo dijo...

Fue muy tranquilo ademas de emotivo