viernes, 23 de marzo de 2012

Recorrido por la cacera que riega la Huerta del General

Este domingo, 25 de marzo, a las 9.30 de la mañana, hemos quedado para recorrer la cacera que regará el Huerto Comunitario de Los Molinos. La cita es en la Huerta del General
Vista parcial del plano catastral del 1946 en el que aparecen las caceras de la zona de la Huerta del General

En la última reunión del grupo de trabajo para el Huerto Comunitario de Los Molinos quedamos, entre otras cosas, en hacer una “excursión” que nos permita conocer el estado de la cacera (acequia) que riega la Huerta del General y empezar a planificar su limpieza.

Esta cacera nace en el río Guadarrama, en el término de Cercedilla, y recorre unos 3 o 4 kilómetros antes de llegar a la Huerta. Forma parte de una extensa red que recorría Los Molinos y que permitió regar cultivos y huertas, traer agua para los animales y mover los molinos de agua que dieron nombre a nuestro pueblo desde hace cientos de años.

Durante mucho tiempo la gente sabía que vida y agua son una misma cosa. Como nos recordó Juan Pablo en la reunión, citando a un antiguo alcalde, nuestro pueblo existirá mientras haya agua y caceras. Pero en las últimas décadas estas verdades se perdieron de vista. Desde los años sesenta del siglo pasado, unas minorías interesadas pusieron en marcha un modelo de crecimiento basado en la construcción que nubló a muchos y que enriqueció a unos pocos.

Foto aérea que permite distinguir el recorrido de la cacera Villa por el verdor de los prados que riega al sur
En ese modelo de crecimiento parecía que todo pequeño pueblo tenía que recorrer indefectiblemente el camino hasta convertirse en una ciudad. Quien se opusiera era un antiguo, un nostálgico, un romántico, un tonto, un enemigo del progreso o un peligroso ecologista, o todo a la vez.

Esas transformaciones han dejado en nuestra Sierra cicatrices, heridas abiertas y amputaciones. Un ejemplo claro es Collado Villalba, la pomposamente autollamada “capital de la Sierra”. Hasta hace poco era un pueblo ganadero y cantero, con un barrio ferroviario e industrial, y hoy es un poblachón dormitorio y de servicios, casi del tamaño de una ciudad, desestructurado, desparramado, en el que un urbanismo especulativo sin contención ha maltratado hasta casi destruir su medio natural y social. Hoy Villalba no es un pueblo inserto en el medio, ni es una ciudad con una oferta cultural, social y de servicios atractiva. Hoy Villalba tiene lo peor de una ciudad (problemas de tráfico, contaminación, falta de vida comunal, perdida de calidad de vida, deterioro del paisaje y de las vistas...) y lo peor de un pueblo (falta de servicios, de actividades culturales pluralistas, ausencia de cosmopolitismo...). Ha agotado sus espacios naturales y ha secado también la convivencia, el encuentro, la ciudadanía. Se ha destruido el pueblo y la vecindad, sin construir una ciudad y una ciudadanía.

En base a esa fiebre especulativa, refrendada por leyes abusivas y por el entramado político-especulador de todos los colores, en nuestro pueblo se intentó reclasificar todos los terrenos posibles y hasta los imposibles. Se llegó a construir hasta en la ladera de La Peñota, sobre las vías pecuarias y caminos públicos, en las mejores dehesas de fresnos y en algunas de encinas, se derribaron casas de gran valor histórico y cultural, molinos, chalets de gran valía, se urbanizaron las zonas de huerta en torno al río Guadarrama, los prados húmedos, las zonas de arroyos y escorrentías… Se destruyó también la imagen del casco antiguo del pueblo, dando paso a unas construcciones en general de pésimo gusto que sustituían a las tradicionales. Se perdió un tesoro que mucha gente descubre cuando lo ha perdido.

Y las caceras no podían ser menos. Esas conducciones de agua, renovadas cada año y que habían dado de comer a tantas generaciones de molineros, pasaron a ser algo no ya secundario, sino un estorbo. Se pusieron casas, calles y otras construcciones encima de arroyos y caceras. Se construyó por donde pasaban las caceras y los arroyos y cuando el agua, en su caída natural o en sus conducciones de riego, estorbaba, se la enterraba y se la canalizaba hacia el alcantarillado.

Plano catastral de 1946 de la zona norte de Los Molinos, en el que aparece la red de caceras (pincha en él para ampliarlo)
Cuando el agua se utilizaba para regar y para dar de beber a animales, volvía al río por arroyos, caceras e infiltración. Con la urbanización especulativa y desmañada, se pasó a robar el agua a los ríos y arroyos y a las escorrentías de lluvia, y a conducirla hacia el alcantarillado y mandarla a una depuradora. ¿Es desarrollo recoger agua limpia y canalizarla por las alcantarillas, mezclándola con las aguas sucias, hasta una depuradora para ser sometida a un carísimo proceso de filtrado y clorado?

Cualquier puede comprobar esta situación en nuestro pueblo cuando pasa cerca de la tapa de una alcantarilla y, sin haber llovido, escucha día y noche correr agua. Es agua que tendría que correr por la superficie, llenar nuestros arroyos y el río, humedecer nuestro ambiente, protegerlo de incendios, etc., y ahora va a la depurada de Guadarrama situada junto a la carretera que lleva al Valle de Cuelgamuros. Cualquiera puede comprobar cómo en verano el río Guadarrama suele secarse a su paso por Los Molinos y volver a llevar agua en Guadarrama.

Pero ahí no termina el despropósito: como la red de alcantarillado es incapaz de absorber el agua de lluvia cuando caen chaparrones de tamaño mediano, las cloacas tienen cada tanto aliviaderos (pozos de desagüe o de tormentas), que permiten que salga el exceso de agua hacia al exterior y si no hay esos aliviaderos el agua sale directamente por las tapas o por los imbornales. El agua de las tormentas pasa así a discurrir por calles, arroyos o cauces de las que se pretendió retirarla, pero ahora mezclada con el agua sucia de la alcantarilla.

La cacera que recorreremos el domingo es un ejemplo de lo que comentamos. Nace en el arroyo de la Venta, unos cuatrocientos metros antes de que este arroyo se junte con el de Navalmedio para dar naciemiento al río Guadarrama (en el término municipal de Cercedilla, a poco más de cien metros del de Los Molinos) y, después de describir un arco por la zona de la Cerca de Lozano y otras zonas del norte de Los Molinos, desembocaba en el río Guadarrama en Los Molinos. Pero ahora termina en el emisario del alcantarillado que la conduce a la depuradora situada en Guadarrama, porque cuando se urbanizó esa zona del pueblo se la entubó y se la conectó a la red de fecales.

El Huerto nos está dando ya sus primeros frutos en forma convivencia y de retos: proteger y recuperar también nuestra extensa red de caceras. Si quieres conocer este aspecto de la cultura de Los Molinos, acompáñanos el domingo 25 de marzo en este paseo por la cacera (trae calzado adecuado y, si estás dispuesto/a a empezar a limpiar, una azada... y no te olvides del cambio de hora).


Adolfo Rodríguez Gil
Concejal de Urbanismo y Participación
Losas de granito bajo las cuales discurre la cacera cuando entra a la Huerta del General

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Buen artículo, Adolfo.
Aclaración, la cacera se la conoce con el nombre de "Cacera Villa" que es el ramal principal que da riego a más parte del pueblo, ésta sale del prado, en el término de Cercedilla, conocido como "La Charca Verde". Por encima de ésta discurre la conocida como "Cacera Matalascabras" y por encima de ésta la "Cacera la Mierda"(practicamente perdida pues dicurre entre toda la zona urbanizada de Los Arroyuelos).
Resumiendo, son tres las caceras que historicamente daban riego a toda nuestra zona de huerta y no .... la cacera.

Adolfo dijo...

Muchas gracias por la información y las precisiones.
No sé si, al poner tu comentario, has visto el plano parcial con las caceras que hemos subido, en las que no apacerecen los nombres.
En cualquier caso me gustaría contar con tus conocimientos y tus opiniones si nos lanzamos desde el Ayuntamiento a la tarea de proteger, recuperar y regular el buen uso de las caceras.
¿Qué te parece crear un grupo de trabajo abierto para abordar este tema? ¿te apuntarías?

Anónimo dijo...

Como no podía ser de otra manera, por supuesto podéis contar con mi modesta aportación.Seguro que aprendo.
Proteger y regular me parece perfecto, recuperar........un ejem.cuando sale la Cacera de la Huerta del General, ¿Sabes su continuación?. El ayuntamiento lo cenegó en su entrada por la urbanización de "El Huerto la Fragua", despues continuaba por las viviendas nuevas frente al bar "Los Alpes"........es parte del progreso ¿no?. Dicen que en gran parte de huerta se sembraba lino (incluso conservamos el nombre de varios prados como "Los Linares)...............hoy no veo gente con vestimenta de lino.
Para acabar, la foto con piedra de granito a la entrada a la huerta del general se la conoce como "arroyo la vieja" y es por encima del camino que muestra la foto donde se toma el agua para regar la huerta.No desde ese arroyo en su transcurso por la huerta.

Adolfo dijo...

Anómimo, te tomo la palabra y te emplazo a echar una mano en estos temas, aunque como no sé tu nombre quedará a tu buena voluntad (y si lo supiera también, claro).
Pero aprovecho para darte la razón y para hacer algún matiz:
Antiguos Ayuntamientos soterraron y canalizaron por la red de fecales no sólo la cacera a su salida de la Huerta del General, por la zona de la calle Pradillos, como comentas, sino también la cacera Villa y sus derivaciones en lo que hoy es parte del casco del pueblo. Luego alguien dirá que nos inundamos y que hay que solucionarlo.
El matiz:
Esas piedras, situadas en la calleja que hoy se llama, pomposamente, Calle de Julio Escobar, cubren la entrada de la cacera este de la huerta y de "quite" de la cacera que discurre por la citada calleja rebautizada. Más arriba de esas piedras, la cacera continúa por el lado interior de la finca al oeste de la Huerta, luego entra en un prado grande, allí hace un triángulo y en su parte de arriba tiene dos alimentaciones. Una, la principal, viene por su parte este del río (unos dos kilómetros más allá) y otra, más pequeña, viene del arroyo de la vieja, que no es reconocido como tal por la Confederación Hidrográfica (hasta donde yo he averiguado). Ese arroyo es una escorrentía proveniente de Los Arroyuelos, que atraviesa los prados al norte de Los Molinos lindantes con Cercedilla (donde el horrible Camino Rousseau, antes camino del Cubillo) y que pasa por lo de las monjas (que solían quedarse con toda su agua) y conecta con otras escorrentías, más abajo, provenientes de otros prados.
Ese arroyo se suele secar en verano, mientras que la cacera puede ser alimentada de agua del río todo el año (toquemos madera éste).
Cuando el arroyo llega a la cacera, ésta se bifurca hacia la parte oeste, la cacera Villa propiamente dicha, y otros dos ramales hacia el sur, que luego se vuelven a juntar, para llegar junto a la Huerta del General donde se bifurcan (en las piedras citadas).
Vaya royo que he soltado. No se si me he explicado, pero creo que se ve bien en el plano de 1946 que hay puesto arriba.

Anónimo dijo...

Narrado a la perfección.Y gracias por "empollarte" algo que a tan pocos interesa. Deseo, sepas transmitirlo a los jovenes, pues denotas cualidades para hacerlo.
Sobre el plano de 1946, creo que falta el ramal principal de la "cacera Villa". Cuando entra en la zona norte de la cerca Lozano tiene otra bifurcación, por encima de las parcelas enumeradas como 16, 17 y 18 que iba a salir justo al transformador de hidroeléctrica en el Cruce Candales y por allí, en paralelo a la carretera y junto a ella entraba en la zona conocida como El Calvario (hoy urbanización El Linar)..............siento el "bodrio".

Chapela dijo...

No sabeis como he disfrutado con buestros comenrarios, me veo con vosotros, los que sabeis estas historias y con los mayores del pueblo recorriendo estos sitios y contando esas historias en persona, quizas alguna vez sera posible porque ademas de yo, muchas personas que no conocen las conocen y sobre todo los jovenes con su curiosidad para madurar con todo esto. Adelante y si es posible que salga algo de todo esto.
Miguel Angel.