La cofradía Marianista en Los Molinos

El PP de Los Molinos ha empezado su campaña electoral intentando dejar de lado la podredumbre de su partido, como si eso no fuera con ellos. 
En los panfletos que han sacado no hacen ni una sola referencia, ni crítica ni autocrítica, sobre la situación procesal de sus más altos dirigentes. Ni siquiera un lamento y mucho menos una petición de perdón por lo que han robado. 
Esto no es ser honestos, políticamente hablando.

El partido que anida en el útero de la corrupción, el partido de las subidas de impuestos a los sectores populares, de los recortes en sanidad, educación y servicios sociales, de las privatizaciones de lo que es de todos a favor de sus compinches, de las mutilaciones a las libertades, del robo de las “preferentes”, de los recortes de derechos laborales, salariales y de las pensiones, del paro, de la precarización del trabajo de los jóvenes, del blanqueo de capitales… se enfrenta a unas elecciones locales en todo el Estado, y autonómicas en 13 Comunidades, que le van a pasar, que le tienen que pasar, factura política. Todo esto, claro, sin quitarles méritos en la faena, y sin atenuar los deseos de que les pase factura también, al resto de partidos compañeros de la yunta corrupta: al PSOE y CiU, entre otros.
Pero no sería justo que el PP pagara sólo con un descalabro electoral sus mentiras, sus robos y sus apaños. El que a Rajoy le griten por las calles “Vete con Rato” puede convertirse en algo más que una esperanza, si el trabajo de jueces y policías afina su puntería. Su responsabilidad, y la de todo su partido, en la maquinaria de corrupta que encabeza, no puede ocultarse diciendo que “son casos aislados”, porque las que cada vez aparecen como más aisladas son las personas honestas en ese partido. La dirección del PP, y especialmente la de la Comunidad de Madrid, es culpable por acción u omisión. Quienes manejan su organización y el gobierno de manera autoritaria, no pueden hacerse ahora los “yo no sabía”. Ya no cuela representar un Elena de Borbón o un Ana Mato. Ellos lo saben todo, ellos mandan… pues ellos tienen que pagar.
Pero en vez de disolverse, entregar los archivos secretos, devolvernos lo robado, pedir perdón por todo el daño que han hecho, auto denunciar sus delitos o asilarse en algún país amigo (¿Arabia Saudí?), el PP no quiere soltar el jugoso juguete que les permite medrar. El comedero es lo que tiene, que crea querencia y por eso se presentan a las elecciones intentando confundirnos con propaganda de renovación, para los más ingenuos, o haciendo ver que otros roban más, para los más cínicos.
Este es el primer problema que tienen los seguidores del PP en nuestros pueblos. Saben que forman parte de una marca política corrupta y en peligrosa decadencia. Tanto es así que estamos seguros de que si Rajoy dijera que quiere venir a alguno de ellos para apoyarles se pondrían, como mínimo, pálidos.

 

Aun así, hemos visto que el PP de Los Molinos ha presentado su lista para las próximas elecciones y ha distribuido un panfleto, sin hacer en él una sola referencia, autocrítica o condena de los numerosos casos de robo de fondos públicos, estafas, evasión de impuestos, cuentas en paraísos fiscales, comisiones, corrupción, tarjetas black, preferentes… en que está envuelto su partido, sobre todo en la Comunidad de Madrid. Pero el despropósito no se limita a pasar por encima del robo descarado, sino que con desparpajo, el PP de Los Molinos, llama a la gente a unirse al “cambio”,.
¿No se habrán equivocado y en vez de cambio querían decir recambio? Lo decimos porque este partido, el PP, que ha venido encarnando los intereses de un grupito que quiere seguir mangoneando Los Molinos, a la vez que engañando a personas de buena fe, tiene poca legitimidad para usar la palabra cambio. ¿Cambio para volver a lo mismo de siempre? ¿Para volver a dejar una deuda de más de 4.000.000 de Euros por sus gastos desmesurados? ¿Para volver el Ayuntamiento más opaco todavía? ¿Para mostrar de nuevo su autoritarismo? ¿Para enchufar a los suyos? ¿Para comprar a unos y humillar a otros con su red clientelar? ¿Para irse de comilonas con el dinero de todos? ¿Para amedrentar a los empleados/as municipales? ¿Para convertir en urbanos los prados de sus padrinos? ¿Para seguir destrozando nuestro medio natural y urbano? ¿Para que nuestro pueblo siga sin rumbo, esperando el desarrollo que nunca llega a las personas?
A pocos molineros pueden engañar diciendo que ellos son el cambio. Ni siquiera ellos mismos se lo creen. Ni siquiera son un cambio frente a la actual alcaldía minoritaria del PSOE, apoyada por PLM, que poco ha transformado el funcionamiento del Ayuntamiento, perdiendo una ocasión única de cambio real, y que nada, absolutamente nada, ha hecho por encontrar una vía de desarrollo para nuestro pueblo.
Pero en esa lista, aunque no hay cambio, sí hay algunas novedades: Por un lado, han quedado fuera tres de los actuales concejales, entre ellos, Roberto, la persona más dialogante y menos sectaria de este grupo, pero repiten un concejal y una concejala del PP. La concejala no ha destacado por su actividad en los ocho años que lleva en ese puesto, sino más bien por sus silencios en los plenos. El concejal, que va de cabeza de lista, sí se caracteriza por intervenir asiduamente, pero también por su falta de talante en el diálogo, lo que parece que es una marca de fábrica en el PP de Los Molinos o una herencia que dejan los portavoces. Además, como fue notorio a la puerta del supermercado cuando distribuían su panfleto, las relaciones entre los dos aspirantes a repetir como concejales (ella aspirante a tripitir), son muy tensas y enfrentadas, a pesar de compartir cofradía.
El PP no ha sido capaz de renovar completamente sus listas después del fracaso que tuvieron en las anteriores elecciones municipales, cuando creían que alcanzarían la mayoría absoluta. Aunque para ser justos hay que reconocer que esto de la renovación no es algo que se pueda reprochar únicamente al PP, porque el resto de las listas que se presentan en Los Molinos (excepto la de “Ahora Los Molinos”), llenan sus primeros puestos con aspirantes a repetir y tripitir como concejales, y es que hay gente a la que le gusta mucho estar subido a la tarima, aunque luego vayan por ahí hablando del gran sacrificio que hacen. 
Hasta aquí, nada nuevo bajo el sol. Los de siempre que quieren seguir mandando. Sólo una novedad destacable y preocupante: el carácter fuertemente confesional de la candidatura del PP, que está copada en sus puestos de salida por personas que vienen utilizando la religión como arma política y que están, algunos de ellos, especialmente su cabeza de lista, encuadrados en el fundamentalismo ¿Volvería este señor, si llegara a la alcaldía, a llenar de imágenes el salón de plenos del Ayuntamiento? ¿Mandarán en el Ayuntamiento los Kikos o cualquier otra secta extremista?

Por otro lado, en el panfleto a todo color que han distribuido, además de la consabida foto del cabeza de lista con la mamá de la corrupción madrileña, apuntan a algunos temas menores contra el actual gobierno municipal, al que todavía llaman tripartito, y vuelven a atacar el intento de tener un Catálogo de Patrimonio, como es obligatorio por ley, demostrando su poco amor por la herencia cultural y por el futuro de nuestro pueblo, pero sin recordar que ese intento de poner en valor nuestro Patrimonio fue echado atrás por un tripartito formado por el PP, el PSOE y PLM. En su falta de memoria, tampoco recuerdan que nos dejaron un Ayuntamiento arruinado, con más de cuatro millones de Euros pendientes de pago.
En cuanto a la foto de su cabeza de lista con Esperanza Aguirre, no sabemos si se lo han pensado bien y si deberían tentarse las carnes, porque en la hemeroteca encontramos muchas fotos de la cínica marquesa con Rato, Bárcenas, Granados, Correa-Gürtel (¿con cuántos de los 187 imputados no se hizo foto la lideresa?), “El bigotes”, Púnica, Luis Eduardo Cortés, Ricardo Romero de Tejada (Secretario General del PP en la Comunidad de Madrid), Manuel Cobo, Alfredo Prada, Matas, el “pequeño Nicolás”, etc., etc., vamos, casi con toda la cofradía de la corrupción que ha sido conocida por ahora.
Eso sí, casi todos estos utilizan también farisaicamente una religión que entre sus preceptos prohíbe robar, ensalza a los pobres, maldice a los tiranos y habla de amor e igualdad.
Eso sí, como Bárcenas en la cárcel, casi todos los corruptos asisten a ceremonias religiosas, o al menos lo hicieron el día de la boda de la hija de Aznar. Aunque como ahora ya no están las cosas para bodas “reales”, parece que van a tener que hablar de sus chanchullos en la cárcel de Soto del Real, donde alguno les ha planteado que tendrían que trasladar su sede... Allí, incluso, aprovechando el buen aire de la sierra, podrían fundar un nuevo partido que reúna a “lo mejor” del bipartidismo y que intente despistarnos con una nueva marca que les permita seguir “goberrobando”.
En nuestra mano está que las cosas cambien a partir del 24 de mayo o que nos sigan rigiendo las mafias.