jueves, 23 de octubre de 2014
Alquiler por rehabilitación
Nuestros amigos/as del grupo de arquitectos/as N'undo, que nos apoyaron en el Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos, nos han enviado este interesante artículo sobre un ejemplo de alquiler por rehabilitación:
Y POR TODOS MIS COMPAÑEROS
POR MÍ
Cinco chicas y un chico viven desde hace dos años en el llamado chalet Mercedes,
un edificio modernista de 1924 del barrio de Can Baró, en
Horta-Guinardó (Barcelona) sin pagar alquiler. En contra de lo que se
pueda pensar, no son “okupas”.
Se benefician de un contrato de cesión de
uso por parte de la propietaria a cambio de hacerse cargo de la
rehabilitación del inmueble, en considerable deterioro en el momento en
el que estos seis jóvenes, hartos de los precios abusivos de los
alquileres, rastrearon viviendas vacías en el barrio hasta dar con la
propietaria del chalet Mercedes, poniendo en marcha el primer proyecto
en Barcelona de esta nueva alternativa a la propiedad y el alquiler que
en catalán se denomina masoveria urbana y que podríamos traducir al castellano como aparcería urbana.
Un término, aparcería, que
encuentra sus raíces siglos atrás, en el antiguo sistema de vivienda
mediante el cual el aparcero trabajaba las tierras del propietario a
cambio de vivir en su propiedad, algo que además algunas veces venía
acompañado de un porcentaje de los resultados, garantizando así el
mantenimiento de la finca. Este tipo de acuerdo fue muy habitual en la
baja Edad Media en Cataluña y se estableció como la fórmula básica de
contratación agraria hasta finales del s.XIX.
Un término rescatado para una práctica que constituye una alternativa, legal y regulada, al movimiento okupa.
Los orígenes de la llamada aparcería urbana, sin embargo, tendríamos
que buscarlos en las experiencias pioneras en los años ochenta en
ciudades de Inglaterra y Europa Central. Se trata de una forma de
ocupación de viviendas vacías, que beneficia a los usuarios que no
pueden hacer frente a una hipoteca o un alquiler.
POR TI
El chalet Mercedes pertenecía a una
señora mayor que vivía allí encerrada, en una casa antigua en un estado
bastante deteriorado, con serios problemas constructivos, sin luz, ni
agua corriente. Los servicios sociales habían decidido que la señora
tendría más calidad de vida viviendo en una residencia, tres semanas
antes de que las nuevas aparceras localizaran la vivienda vacía.
Gracias a la intervención de la Cooperativa Integral Catalana,
que contactó con las chicas para ofrecerles su ayuda, las dos partes
convinieron en realizar un contrato de cesión de uso por 5 años para la
cooperativa. La casa, de otra manera, se hubiera cerrado, como muchas
otras, pasando del estado de deterioro avanzado al de ruina incipiente.
Han pasado dos años y ya se han realizado
numerosas reformas. trabajando una media de 5 horas semanales en la
rehabilitación de la casa, mientras un albañil realiza el apoyo
necesario para realizar los trabajos más costosos o especializados. Que
la gran casa se encuentre habitada asegura además su mantenimiento,
limpieza y control.
Cuando los cinco años hayan pasado, las
viejas vigas de maderas habrán sido reforzadas; el techo del primer
piso, ahora caído, habrá sido arreglado; y la vivienda contará con una
instalación completa de electricidad y agua corriente, de las cuales
carecía. La propietaria obtendrá al final del contrato la vivienda
habitable y digna que antes no poseía, siguiendo siendo propietaria de
la misma, y pudiendo ocuparla, venderla, alquilarla o donarla. Al ser un
contrato de uso que no afecta al registro del mismo, y al ser temporal,
el propietario no deja en ningún momento de ser propietario de la finca
o la vivienda.
El grupo MULA (Masoveria Urbana per la Llar Alternativa),
como se bautizó al proyecto que comenzó con el chalet Mercedes, no es
exclusivo de estas seis personas, sino que al habido sido cedida la casa
a la cooperativa, lo que se pretende es abrir la puerta a la
posibilidad de ir renovando los habitantes de la casa. Se trata pues de
un proyecto pionero en Cataluña, que como otros como Can Llimona en
Gràcia, Sis Claus en Sant Cugat y organizaciones de soporte como Sostre Cívic,
está demostrando que realmente hay alternativas al problema de la
vivienda. Las instituciones comienzan a escuchar este tipo de
propuestas, prueba de ello pudo comprobarse recientemente en la charla
organizada por el CNJC (Consell Nacional de Joventut de Catalunya) de “Modelos alternativos de acceso y tenencia de vivienda“
Se trata de una alternativa además de
interesante, necesaria, si tenemos en cuenta que en España se estiman
más de 3.400.000 viviendas vacías (1). En Cataluña, según las cifras
proporcionadas por la Mesa del Tercer Sector,
son 450.000 las casas sin gente y 231.000 las familias que necesitan
una vivienda asequible (2). Cifras que atentan contra lo que establece
la Declaración Universal de los Derechos Humanos (artículo 25.1), y la
Constitución Española, que afirma en su artículo 47 que “todos los
españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada.
Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y
establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho,
regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general
para impedir la especulación. La comunidad participará en las plusvalías
que genere la acción urbanística de los entes públicos”.
Algo que nos hace pensar que las
Administraciones deberían asumir la responsabilidad de proteger el
derecho humano de una vivienda digna para todas las personas, buscar
alternativas, y ofrecer facilidades a aquellas personas con menos
recursos. La aparcería se encuentra regulada dentro de la legislación
española en la Ley 49/2003, de 26 de noviembre. Y la masoveria urbana en Cataluña, desde 2007, por la Ley 18/2007, del 28 de diciembre, del derecho a la vivienda. En
concreto, el art.42.3 establece que desde las instituciones públicas se
deben apoyar fórmulas como la aparcería urbana para evitar que haya
viviendas desocupadas a causa de un mal estado. El art.74, considera la masoveria urbana
un régimen de vivienda destinado a fines sociales. El marco legal
debería ofrecer la tranquilidad y garantías suficientes a aquellos
propietarios o administraciones para apostar por este tipo de
iniciativas, que no implican gasto alguno por la entidad propietaria.
Ayuntamientos como el de Sant Cugat ya están dialogando con el proyecto
Sis Claus para la posibilidad de ceder las casas de los maestros de La Floresta para rehabilitar seis viviendas en calidad de aparcería. El objetivo de Sis Claus es muy claro: “Queremos cambiar el patrimonio muerto por un patrimonio que haga una función social” (3)
Los proyectos de aparcería urbana no se
conciben como un simple intercambio de bienes y servicios entre dos
partes, sino que además tienen un interés especial por su aporte a la
comunidad. El grupo Mula promueve a los vecinos a involucrarse en el
proyecto: Inició una campaña de crowdfunding gracias al cual se
consiguió una financiación de 5611 euros. Los mecenas del proyecto,
además del soporte económico, también han contribuido con materiales y
mano de obra, ya que se instauró “El día del amigo”, una jornada de
trabajo de puertas abiertas donde han ido acudiendo amigos, familiares y
vecinos ayudando en la reforma de la casa.
De esta manera, la casa se nutre de la ayuda
de la comunidad, que ha visto rehabilitar su aspecto y funcionamiento,
mejorando la imagen del barrio. Con la vuelta a la vida del inmueble, se
pretende que el retorno a la comunidad pase por poder convertirse en un
espacio social dentro del barrio a través de abrir sus puertas a
actividades como conciertos, charlas, etc. convirtiendo este tipo de
viviendas en terreno de experimentación en cuanto a la disolución de lo
público y lo privado, la convivencia, la hibridación de usos, y nuevas
herramientas de cohesión social.
Este tipo de experiencias constituyen
modelos arquitectónicos experimentales donde las fronteras entre lo
público y lo privado se desdibujan, algo que desde la teoría han
reflexionado recientemente arquitectos como Andrés Jaque en proyectos
como Ikea Disobedients (2011,
MoMA New York). Pero en este caso, nos encontramos ante de iniciativas
de vivienda alternativa surgidas espontáneamente desde la ciudadanía.
(1) Fuente: Eldiario.es http://www.eldiario.es/norte/millones-viviendas-vacias-Espana-construyendo_0_265973674.html
(2) Fuente: El País. http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/10/14/catalunya/1413314113_910812.html
(3) Fuente: Sant Cugat Informa http://santcugatinforma.com/2014/06/6-claus-presenta-el-projecte-de-masoveria-urbana-als-partits-politics/
Andrea Robles Carrasco
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