La totalidad de los carteles de SUMAR han sido arrancados de las tres zonas en que estaban pegados, en Los Molinos.
También han arrancado los carteles del PSOE.
Hay que recordar que se trata de un delito electoral y esperamos que la policía local y la guardia civil averigüen quiénes han sido y les detengan. En esas zonas hay cámaras del Ayuntamiento, que les deben haber grabado. Además, la policía local les debería multar por tirar los carteles arrancados al suelo, incumpliendo las ordenanzas de convivencia ciudadana (aunque a esos fascistas el nombre de ciudadanos les viene muy grande).
No es la primera vez que nos arrancan carteles, mientras los de la extrema derecha y los de la derecha extrema siguen intactos. Eso marca la diferencia entre quienes defendemos la democracia y quienes la soportan pero, en el fondo, la odian.
Sería muy bien venido que PP y Vox de Los Molinos emitieran un comunicado condenando este nuevo atentado a las libertades.
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