Páginas

viernes, 2 de junio de 2023

¿Quiénes están intentando romper la convivencia en Los Molinos?

LA CONVIVENCIA EN LOS MOLINOS

Constantemente se informa sobre casos de violencias en los medios de comunicación, ya sea en el ámbito escolar, en partidos de futbol, campeonatos deportivos, sobre violencias machistas, xenófobas, racistas…. Sucesos que nos sorprenden e indignan y nos hacen preguntarnos ¿Qué clase de sociedad tenemos para que ocurran estas cosas?

A mí me educaron para que fuera capaz de resolver los problemas reflexionando sobre su origen, analizando las posibilidades de solución, y así poder actuar en consecuencia. Pero cuando una persona, sea quien sea, es agredida o recibe acoso ya sea laboral, acoso en el colegio, en la calle de su pueblo, barrio o en su casa, ya no es un problema que pueda resolver ella sola, es un problema que tenemos que resolver colectivamente, puesto que nos afecta a todos.

Se habla mucho del acoso escolar y desde que se admitió su existencia éste se ha ido afrontando con diferentes perspectivas para erradicarlo. Al principio se decía aquello de que es “cosa de niños”, después lo de que “algo habrá hecho”, también el “no será para tanto”, de manera que como el análisis no era el acertado, el problema, hasta hoy en día, sigue provocando sufrimiento y en muchos casos desesperación. El resultado de esta situación es que, hemos tenido que soportar como sociedad, suicidios de adolescentes o niños que no aguantaban más, o que por temor no eran capaces de salir de sus casas. Estas tragedias, obligaron a abordar de manera diferente estas situaciones lamentables. Afortunadamente fue cuando se comenzó a poner al acosado, y no al acosador, en el centro de las atenciones, la empatía y la reparación.

Se empezó a reprobar al agresor y a intentar que entendiera la situación que había provocado, aunque eso no se logró, hasta que nos dimos cuenta de que el tercer actor, los testigos, eran la clave para la erradicación de los diferentes tipos de violencias. Cuando entendimos que si aquellos que presencian el acoso o la agresión dan un paso adelante, recriminan al agresor y se ponen del lado del abusado o agredido, comenzaron a cambiar las cosas. Es decir, si alguien presencia el inicio de una agresión y es capaz de evitarla obviamente no se producirá. Si alguien no llega a tiempo de evitarla pero se pone del lado de la víctima e impide que la agresión vaya a más, se logrará aminorar los daños. Si alguien llega inmediatamente después de una agresión, atiende a la víctima, le pregunta, empatiza y ayuda a identificar al agresor, ayudará a la reparación. Además, si alguien se entera a posteriori que ha habido una agresión en algún ámbito, lo que la razón nos dice es que lo primero que tiene que hacer es, al menos, contrastar las versiones que circulan y analizar con honestidad los antecedentes de los implicados, independientemente de las simpatías o antipatías personales que tenga hacia ellos.

La semana pasada, como muchísima gente sabe ya en el pueblo sufrimos una agresión en el marco de la campaña electoral. El agresor es muy conocido en Los Molinos y por tanto conocidos también sus antecedentes violentos, por lo que cualquiera que sea honesto y le conozca sabe perfectamente que es totalmente verosímil que agrediera, sin más, a unas personas por el mero hecho de pertenecer a PODEMOS.

Si su entorno le hubiera parado los pies en su momento probablemente lo que sucedió no hubiera sido posible. Además, es de suponer que su entorno es sabedor de sus respuestas violentas, por lo que no se entiende la falta de empatía y la incapacidad de reconocer los hechos.

Promulgar falsedades sobre lo ocurrido, solo demuestra la cobardía de alguien que no quiere reconocer que sus actos son los que realmente están detrás de la agresión que se produjo el jueves 26 de mayo, en nuestro pueblo.

¿Qué tipo de convivencia queremos tener en Los Molinos? Creo que cualquier persona sensata y equilibrada, que afortunadamente somos la inmensa mayoría de los vecinos,  quiere vivir en un entorno tranquilo y seguro, sin el miedo a ser agredido o presenciar una agresión en las calles de su pueblo, por un violento que se cree con legitimidad a agredir a otra persona por el motivo que a él le parezca bien en una situación determinada.

Es muy grave vivir en un pueblo donde, unos pocos, señalan a los vecinos que fueron agredidos, mintiendo a sabiendas, con la pretensión de generar un clima de violencia e inseguridad que nadie más quiere. Este clima se puede crear ya sea dando verosimilitud a la versión del agresor o ya sea utilizando las redes sociales para generar un señalamiento sobre las verdaderas víctimas, cambiando, al mentir sobre lo sucedido, el relato de los hechos para hacer creer que el agresor es la víctima. Tampoco ayuda a la convivencia del pueblo lanzar amenazas a los agredidos, convocando a la “venganza”.

Afortunadamente, la inmensa mayoría de las molineras/os no creen esta versión, como lo demuestra la cantidad de personas que se nos han acercado empatizando, haciéndose cargo de la situación real y echándose las manos a la cabeza preguntándose como es esto posible. Muchísimas gracias a todos ellos.

Para terminar mi reflexión, me gustaría solicitar un análisis colectivo y sincero, que se realice desde las autoridades del pueblo hasta el último vecino que acabe de llegar, para que pongamos todos de nuestra parte y evitemos que este tipo de sucesos se vuelvan a producir. Si, como he mencionado antes, algunos brindan más atención al agresor que a las víctimas, sin saber tan siquiera cuál es la situación de éstas, no se estará ayudando a conseguir el objetivo que en principio todos perseguimos.

Debemos conseguir, entre todos una convivencia respetuosa y plenamente democrática, para poder así reparar el daño causado, pues si permitimos que esa minoría embarre la VERDAD no habrá JUSTICIA y mucho menos REPARACIÓN, conceptos que cualquier demócrata, y por tanto cualquier persona de bien, es lo que pediría para ellos mismo, si se ven envueltos en una situación como la descrita, siendo ellos los realmente agredidos. 

Mª Teresa Gutiérrez Ocaña

No hay comentarios:

Publicar un comentario